El pulsómetro es un dispositivo, que te permite realizar entrenamiento inteligentemente, ya que puedes llevar un mejor control de tu frecuencia cardíaca y de esta forma distribuir la carga de entrenamiento por zonas de esfuerzo. Permite controlar la intensidad y la duración, tanto del esfuerzo como de la recuperación, el volumen de entrenamiento, y almacenar estos datos para su posterior análisis.
Para el deportista le cierto nivel este tipo de aparato es casi una necesidad y para los aficionados, un entretenido compañero de fatigas, pero si desde el mundillo del rendimiento está claro el interés, también hay que considerar sus posibilidades de uso desde el punto de vista de la salud y es que, vigilando las cifras de la pantalla o utilizando las alarmas que casi todos los modelos tienen, podemos poner límites seguros a la intensidad del esfuerzo, basándonos en el criterio de los médicos o en el sentido común.
Siempre debe de considerarse que en los deportes aeróbicos el principal agente es el corazón, y casualmente no se le presta la atención que requiere. El escuchar a tu corazón debe tomarse en el sentido literal. Aunque el pulsometro sea una buena herramienta, también es necesario saber escucharlo sin el pulsometro, por eso si lo tienes sal de vez en cuando sin él para escuchar al corazón por ti mismo.
Lo primero que debes hacer antes de todo es conocer tu Frec. Cardiaca Máxima para establecer tus zonas de esfuerzo. Hay diversas formas de calcular las Zonas de esfuerzo, pero lo más recomendable es acudir con un experto, un entrenador por ejemplo, que te asesore y realice una evaluación precisa, recuerda que cada persona es diferente y requiere de atención personalizada. Como nos conocemos Y como no vas acudir a un experto, te explicamos en “conceptos” como calcular tus zonas de esfuerzo.
La frecuencia cardíaca está en estrecha relación con otros parámetros durante el ejercicio, por ejemplo el consumo máximo de oxígeno o el umbral anaeróbico. Para mejorar el rendimiento en aspectos concretos, el entrenamiento debe desarrollarse en una franja concreta de la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca en reposo se reduce con entrenamiento aeróbico, y aunque por sí sola no puede considerarse un indicador de rendimiento deportivo, permite controlar las actuaciones personales a un programa de entrenamiento ya que la tendencia a disminuir a lo largo de varias semanas indica una mejora de en la forma física. Para su correcta determinación que es conveniente registrar la frecuencia cardíaca en reposo durante unos minutos, permaneciendo tumbado boca arriba, y si es posible por la mañana, al despertarse.
Un incremento de la frecuencia cardíaca en reposo, puede ser síntoma de sobre entrenamiento o de enfermedad.
El análisis de los registros del pulsómetro permite evaluar la actividad llevada a cabo por el deportista en cada momento de la temporada y adecuar constantemente el entrenamiento para adaptarlo a sus características y a su rendimiento.
Comentarios
Publicar un comentario